Las tarjetas de crédito son incluso más seguras que las de débito. Esto se debe a que tienen mecanismos para evitar el fraude e incluso algunas de ellas incorporan un seguro.
Además, aunque existen ciertos tipos de tarjetas de crédito más seguros para ciertos usos (por ejemplo, las tarjetas virtuales en el entorno digital), es fácil monitorizar los movimientos y suspender su uso en cualquier momento desde la aplicación.