Si la tarjeta de crédito no tiene comisiones, obtendrás un medio de financiación completamente gratuito (siempre y cuando abones las cantidades dispuestas a final de mes, sin aplazamiento). Debido a que no existe una fuerte vinculación con la entidad, puedes cancelar el contrato con mayor facilidad.
Tener una tarjeta de crédito adicional te permite tener otra alternativa de pago. Con lo cual ganarás en flexibilidad y no tendrás inconveniente en caso de pérdida o robo de alguna de las dos tarjetas. También tienes una mayor diversificación en cuanto a entidades y condiciones de contratación (imagínate que te cancelan el crédito en uno de los bancos).
Todo ello sin contar con los seguros y otras ventajas que te ofrecen las tarjetas de crédito sin cambiar de banco.